Descripción
Dextrosa es un nombre alternativo para denominar a la D-glucosa. Un monosacárido con forma química C6H12O6 que proporciona 4 kcal por gramo, con buena solubilidad y un poder edulcorante menor que la sacarosa, aproximadamente el 70%.
La glucosa es una de las principales fuentes de energía para las células del cuerpo humano y es la forma de azúcar que encontramos mayoritariamente en la sangre. La glucosa puede ser almacenarla en forma de glucógeno en el hígado y en el músculo, para ser utilizada posteriormente como fuente de energía como al realizar ejercicio intenso o en situaciones de ayuno. La glucosa es utilizada como sustancia de referencia para determinar el índice glucémico y por lo tanto el consumo de dextrosa presenta un índice glucémico del 100%. El índice glucémico de los alimentos es la capacidad que tienen para aumentar la cantidad de glucosa en sangre después de ingerirlos.
La dextrosa proporciona energía de forma rápida ya que su digestión y absorción son rápidas. Sin embargo hay que tener en cuenta que al tratarse de una molécula de bajo peso molecular si su concentración en una disolución es muy alta, se incrementa la osmolaridad de la disolución. La osmolaridad está definida como la concentración total en número de moles que tiene una sustancia en disolución. De manera que las moléculas con menor peso molecular tienen osmolaridades más altas. La osmolaridad es uno de principales factores que afecta a la velocidad de absorción ya que cuando aumenta la osmolaridad de la disolución se retrasa el vaciado gástrico. Este es el caso de la dextrosa, que al ser un monosacárido, si se toma de forma muy concentrada puede retrasar su paso del estómago hasta el intestino para poder ser absorbida. Para evitarlo se recomienda tomar bebidas con un contenido en dextrosa menor al 8%.
En la naturaleza la D-glucosa o dextrosa aparece normalmente asociada a otros monosacáridos como la fructosa u otras moléculas de glucosa formando moléculas como la sacarosa o el almidón. Puede encontrarse sobre todo en alimentos ricos en hidratos de carbono como cereales o patatas. La dextrosa suele ser añadida en productos como bebidas energéticas deportivas o sueros intravenosos.
¿Para qué sirve?
Durante el ejercicio:
Durante la actividad muscular los músculos obtienen la glucosa de los depósitos de glucógeno y de la glucosa plasmática. Cuando el ejercicio se prolonga en el tiempo se va agotando la glucosa de los depósitos de glucógeno muscular y hepático, favoreciendo la aparición de la fatiga y aumentando el riesgo de sufrir una hipoglucemia. La ingesta de dextrosa durante el ejercicio proporciona energía de rápida disposición para mantener la actividad muscular y para mantener los niveles de glucosa.
El aporte de energía en forma de dextrosa puede retrasar la fatiga y permite mantener el nivel de actividad física y mejorar el rendimiento deportivo en comparación con cuando no se consume. Es especialmente recomendable consumir dextrosa o alguna fuente de carbohidratos cuando la actividad es superior a una hora de duración.
Después del ejercicio:
La dextrosa consumida después de la realización de ejercicio físico ayuda a reponer los depósitos musculares y hepáticos de glucógeno. Las reservas de glucógeno se agotan aproximadamente tras 90 o 120 minutos de ejercicio intenso, y consumir carbohidratos de alto índice glucémico en las horas posteriores al final de la actividad contribuye a recuperar los depósitos gastados. La resíntesis de glucógeno es más rápida durante las primeras horas después del ejercicio porque las proteínas transportadoras de glucosa se encuentran más activas y la membrana plasmática muscular está más permeable. El consumo combinado de carbohidratos y proteínas mejora la re-síntesis de glucógeno. Recuperar los depósitos de glucógeno en el menor tiempo posible es especialmente recomendable en los deportistas que tienen entrenamientos o competiciones sucesivas o en días cercanos.
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